En el centro de Barcelona, Víctor Lope trabaja para promover artistas contemporáneos emergentes y ofrece su galería completa para la celebración de eventos de hasta 60 invitados, manteniendo siempre las piezas de arte en las paredes. Resulta ser un lugar ideal para pequeños eventos corporativos, como: presentaciones de producto, desfiles de moda o una rueda de prensa.
De un tiempo a esta parte, he ido observando como varias galerías de arte ponen a disposición del público sus salas para acoger otras actividades más allá de las exposiciones de los artistas que representan. En esta categoría incluimos hoy en nuestra Guía un descubrimiento situado en l'Eixample barcelonés, muy cerca de la zona Consejo de Ciento, donde se encuentran muchas de las principales salas de arte.
La Galería Victor Lope (calle Aribau 75), digirida por él mismo, representante de artistas emergentes contemporáneos con un enfoque internacional, tanto por donde exponen como por su origen, y por su esposa Chris Buissa, artista brasileña, se estrenó hace un año en este lugar y tiene tres salas que permiten organizar eventos en un marco elegante e íntimo.
La pareja, con su simpatía me muestran cómo tienen organizada la obra y aprovecho para disfrutar de algunas esculturas y piezas que me llaman la atención, especialmente un perro del artista Miquel Aparici que me pondría hoy mismo en el recibidor de mi casa. Las tres salas, Mainroom, Showroom y The Lounge están dispuestas una a continuación de la otra hacia el interior del edificio. Al entrar nos encontramos ya en la Mainroom, una sala rectangular y diáfana con techos de 2,90 m de altura, que acoge exposiciones individuales de los artistas representados. En el Showroom se expone obra colectiva, es una sala de menor tamaño y con los techos algo más bajos -2,85m- que permite usarlo dentro del evento o para back office. Entre ambas podemos reunir unas unas 50-60 personas en formato cóctel.
A continuación de estas dos salas se encuentra el Lounge, habilitado como despacho y pensado para mostrar arte fotográfico y en breve videoarte, dado que cuenta con la tecnología necesaria para ello. Tiene capacidad para organizar una comida o reunión reducida para 12 personas. Parte de la gracia de esta sala es un lucernario en el techo que deja entrar luz natural, lo que toma valor especialmente en un evento diurno. Los techos miden 3,35m. Me imagino una comida o cena privada para un cliente que necesita ofrecer un almuerzo en un entorno único, rodeado de arte y con la tranquilidad de que va estar totalmente aislado. Conversaciones previas al cierre de un contrato es lo que me inspira este espacio.
En el caso de que se alquile el mainroom y showroom para otro tipo de evento con más invitados, The Lounge puede servir como office y trastienda.
Los dueños de la sala me indican que no todos los eventos tendrían cabida en este espacio, siempre buscan por encima de todo la calidad y finalidad del evento, no la explotación del mismo, como suele pasar en este tipo de espacios bien cuidados y donde se exponen obras de arte.